Human-wildlife conflicts are commonly addressed by excluding, relocating, or lethally controlling animals with the goal of preserving public health and safety, protecting property, or conserving other valued wildlife. However, declining wildlife populations, a lack of efficacy of control methods in achieving desired outcomes, and changes in how people value animals have triggered widespread acknowledgment of the need for ethical and evidence-based approaches to managing such conflicts. We explored international perspectives on and experiences with human-wildlife conflicts to develop principles for ethical wildlife control. A diverse panel of 20 experts convened at a 2-day workshop and developed the principles through a facilitated engagement process and discussion. They determined that efforts to control wildlife should begin wherever possible by altering the human practices that cause human-wildlife conflict and by developing a culture of coexistence; be justified by evidence that significant harms are being caused to people, property, livelihoods, ecosystems, and other animals or other animals; have measurable outcome-based objectives that are clear, achievable, monitored, and adaptive; predictably minimize animal welfare harms to the fewest number of animals; be informed by community values as well as scientific, technical, and practical information; be integrated into plans for systematic long-term management; and be based on the specifics of the situation rather than negative labels (pest, overabundant) applied to the target species. We recommend that these principles guide development of international, national, and local standards and control decisions and implementation. Principios del Consenso Internacional para el Control Ético de la Vida Silvestre Resumen. Los conflictos entre los humanos y la vida silvestre son tratados comúnmente al excluir, reubicar o controlar letalmente a los animales con el objetivo de preservar la salud pública y la seguridad, proteger la propiedad o conservar a otros ejemplares valiosos de vida silvestre. Sin embargo, las poblaciones de vida silvestre declinantes, la falta de efectividad de los métodos de control para obtener los resultados deseados y los cambios en cómo las personas valoran a los animales han disparado un reconocimiento extendido por la necesidad de estrategias éticas basadas en evidencias para manejar dichos conflictos. Exploramos las perspectivas sobre y las experiencias internacionales con los conflictos entre humanos y vida silvestre para desarrollar los principios para un control ético de la vida silvestre. Un panel diverso de veinte expertos se reunió durante dos días en un taller y desarrolló los principios por medio de un proceso de participación facilitada y discusiones. Los expertos determinaron que los esfuerzos para controlar a la vida silvestre deberían comenzar en donde sea posible alterando las prácticas humanas que ocasionan el conflicto humano-vida silvestre y desarrollando una cultura de coexistencia; deberían estar justificados por la evidencia de los daños significativos que afectan a la gente, la propiedad, el sustento, los ecosistemas y otros animales; deberían tener objetivos medibles basados en resultados que son claros, alcanzables, monitoreados y adaptativos; deberían minimizar los daños al bienestar animal para el menor número de animales: deberían estar informados por los valores comunitarios así como la información científica, técnica y práctica; deberían ser integrados a los planes para el manejo sistemático a largo plazo; y deberían estar basados en las especificidades de la situación en lugar de las etiquetas negativas (plaga, sobreabundante) aplicadas a las especies objetivo. Recomendamos que estos principios guíen el desarrollo de los estándares internacionales, nacionales y locales y controlen las decisiones y su implementación. This article is protected by copyright. All rights reserved.